Cuidado con la Dietitis: 10 síntomas para saber si tú la tienes

Los 10 síntomas de la Dietitis

Los 10 síntomas de la Dietitis

“El sueño de toda mujer es comer sin engordar.” Anónimo

Ayer leí esta frase en Facebook. Me sorprendió cuántas mujeres comentaban divertidas que estaban de acuerdo. Lo que significa en realidad es:

El TERROR de toda mujer es engordar.

Esta idea empezó hace unos años disfrazada de “un estilo de vida saludable”, pero muy pronto se convirtió en otra cosa más grave y sus síntomas parecen los de una enfermedad contagiosa.

Aquí te dejo los 10 síntomas de una enferma de Dietitis. ¿Con cuántos te identificas?

1.La comida es solo un producto de belleza. Una enferma de Dietitis cuenta sus calorías, evita comer cosas que alguien dijo que hacen daño y come otras sólo para verse bien. Hace unos años la grasa saturada estaba castigada. Ahora, primero muerta que comer algo con azúcar, con gluten o que no sea orgánico.

2. Sus ojos están distorsionados. Al verse al espejo sus ojos sólo se pueden enfocar en ciertas zonas que consideran “problemáticas”. Así, una mujer que piense que tiene demasiada pierna o cadera sólo podrá ver esa parte de su cuerpo cada vez que esté frente al espejo, cada vez que se pruebe algo de ropa y cada vez que vea pasar otras mujeres. Se comparará constantemente, consigo misma en el pasado (“estos pantalones me quedaban antes de casarme”, “antes de embarazarme yo era talla X”) y con otras mujeres (“¿ya viste a Fulanita? Acaba de parir y ya le queda su ropa”).

3. La mente le cuenta cuentos. Cada vez que ve su plato de comida o que ve un número en la báscula, su mente le dice que no está bien. Inmediatamente después la satura con ideales imposibles de cumplir y la deja sintiéndose mal, incompleta o insatisfecha.

4. Su oído perdió el filtro. Cree todo lo que oye sin cuestionarlo, especialmente si lo menciona un “experto” – como una nutrióloga. (Esto lo sé porque yo soy nutrióloga, y la mayoría de las personas que veo en consulta quieren que les diga qué deben comer.) Prefiere hacerle caso a alguien más que a sí misma.

5. El estómago ha sido silenciado. Este pobre órgano trabaja todo el día sin descanso, recibiendo alimentos cuando no ha terminado de digerir la comida anterior, o recibiendo demasiada comida en una sola sentada. Hace tanto tiempo que la enferma no lo escucha que cree que no tiene voz.

6. La boca esparce la enfermedad por todos lados. Una enferma de Dietitis hablará siempre de manera negativa sobre su manera de comer, hablará mal de su cuerpo y despreciará todas las opiniones contrarias. ¿Cuántas veces has oído a una mujer compararse a sí misma, a su manera de comer o a su comida con algún animal de cuerpo grande? También usará frases rimbombantes de temas de nutrición que puedan impresionar a sus amigas o convencer al pobre marido de dejar de cenar fruta (“Amor, ya te expliqué que los carbohidratos engordan en la noche. Cena otra cosa.”)

7. La Dietitis es una enfermedad grupal. Si una mujer le informa a sus amigas que tirará toda la ropa que ya no le queda y hará las paces con su cuerpo, el resto no la deja. Todas las demás le dirán que no puede rendirse, que debe continuar, que ya salió la dieta Milagro XYZ, que ahora si puede perder esos kilos “que le sobran” y que así volverá la felicidad y la paz.

8. La Dietitis se contagia fácilmente en casa. Si esta mujer es mamá y aún no se da cuenta de su enfermedad, contagiará a sus hijos con sus palabras, su ejemplo y las reglas impuestas en casa, sobre todo cuando los hijos son obligados a comer (y a dejar de comer) siguiendo las órdenes de mamá. El daño hecho a los niños chiquitos por la Dietitis es profundo, y si no se trata rápido, la enfermedad puede permanecer toda la vida.

9. El corazón de esta mujer está endurecido. No siente amor por si misma porque no cree que lo merezca. Vive juzgando todo lo que hace, siempre pensando que no es suficiente. Se siente culpable de lo que hace y no hace, y vive añorando una realidad muchas veces inalcanzable. Cree que si tan solo logra pesar X kilos, endurecer tal músculo o parecerse a esa persona, todo será mejor.

10. Ya no disfruta nada. Una mujer contagiada de Dietitis no puede ver todas las maravillas alrededor de ella. Si come algo rico sólo está pensando en lo que va a engordar, si sale de vacaciones sólo está pensando en cómo se ve su cuerpo en traje de baño, si come con sus hijos solo pone atención en que se acaben la comida del plato. Por su enfermedad se le están escapando miles de momentos increíbles que no volverán.

¿Crees que esta manera de vivir es normal? ¿Crees que esta mujer es feliz?  ¿Tú eres feliz?

Ahora imagina que las cosas pudieran ser diferentes.  No hablo de un cambio externo. ¿Qué tal si tú pudieras ver las cosas de otra manera? ¿Qué tal si pudieras verte al espejo y sentirte enamorada de tu cuerpo (así como está en este momento)? ¿Qué tal si pudieras tomarte un café con leche entera y endulzarlo con azúcar? ¿Qué tal si sólo comieras ensalada el día que de verdad se te antoja? ¿Qué tal si confiaras en que tu cuerpo sabe lo que necesita y dejaras de seguir las dietas que otras personas diseñaron? ¿Qué tal si te quitaras los lentes de la Dietitis y empezaras a ver la realidad tal cual es?

Tal vez el mundo de afuera seguiría igual… ¡pero tú ya no serías la misma! Y te apuesto que te sentirías mucho más feliz.

Sí hay cura para la Dietitis. Tú la tienes. Sólo tienes que empezar a ponerte más atención.

Nota final: Dedicaré un post en el futuro a hablar más de cada uno de estos síntomas. Suscríbete a mi boletín electrónico para que seas la primera en leerlos.

 


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Escrito por Guadalupe Rozada


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