La única cura para los ojos con Dietitis
Van caminando por la calle y tu amiga te dice “¡Qué brazos tan enormes! ¿Te fijaste?”
Ni cuenta te diste. Pero tu amiga siempre se fija en los brazos de la gente. Tal vez le preocupan mucho sus brazos y siempre se compara con los brazos de los demás.
Así funcionamos todos: ponemos nuestros ojos (y nuestra atención) en las cosas que nos importan, y dejamos de ver muchas otras. Es normal, nuestro cerebro tiene que seleccionar qué ver y qué ignorar para no saturarse.
Y lo que vemos (y cómo lo vemos) determinan nuestra calidad de vida. Una enferma de Dietitis nunca está satisfecha con su vida:
- Verá las partes de su cuerpo que no le gustan y las comparará con las de otras personas constantemente
- Verá el número en la báscula y lo comparará con otros números imaginarios que cree que deberían aparecer en la báscula, o números que vió ahí en otra época (que ahora también son imaginarios)
- Verá la comida en su plato y la comparará con un ideal en su mente
- Verá la cantidad de comida que su hijo/hija no se comió y lo comparará con el otro hijo, o con otro momento en que su hijo/ hija comió diferente
- Verá el contenido calórico del empaque de un alimento y lo comparará con la cantidad de calorías o ciertos ingredientes que cree que debe/no debe comer
- Verá la talla de sus pantalones, la nueva dieta en Facebook, el pastel que trajo la vecina… y todo lo comparará con un ideal que está en su mente.
Cada vez que ve algo y lo compara con otra cosa “mejor”, se siente un poco más insatisfecha consigo misma y con su vida.
Esto hace la Dietitis. Destruye nuestra capacidad de ser felices, de disfrutar y de alegrarnos por todo lo maravilloso que hay en nuestra vida hoy. Como no lo vemos, no existe.
¿Y cuál es la cura para los ojos con Dietitis? Ver más profundamente.
Ejemplo: Yo pienso que tengo los brazos más gordos del mundo. Todo el día los comparo con otros brazos, sobre todo más delgados. Siempre concluyo: tengo los brazos más gordos del mundo.
Esto me hace sufrir. Cuando hace calor me acuerdo que mis brazos son gordos y me obligo a usar manga larga. Cuando tengo una boda me angustio buscando un vestido que “tape” mis brazos. Toda mi vida gira en torno al diámetro de mis brazos.
Lo que veo es lo que vivo. Mi atención está en mis brazos gordos (y pienso que eso es malo) y sufro muchísimo.
Apliquemos la medicina: ver más profundamente mis brazos.
Un día se me rompe un brazo. De repente me doy cuenta que, además de lo importantísimo que es su diámetro, también lo uso para algunas cosas. Nada especial… sólo para bañarme, vestirme, peinarme, preparar el desayuno, comer el desayuno, lavarme los dientes, abrir y cerrar la puerta, manejar al trabajo, hablar por teléfono, escribir, cargar a mi hija, empujar el carrito del super… Unas cuantas cosas sin importancia J
Después de dos horas con el brazo enyesado, empiezo a pensar para qué me sirve el brazo. Ya no importa el tamaño, sino que ¡no lo puedo usar! ¡Necesito ayuda hasta para bajarme los pantalones en el baño!
Tal vez ahora empiece a notar que hay otras personas en la calle como yo: brazos rotos, enyesados, lastimados o hasta amputados. Los veo y se lo difícil que es vivir así. Los entiendo.
Y el día que me quitan el yeso le doy gracias por todo lo que hace por mí cada día.
Ahora mis ojos ven diferente. Ya no ven el diámetro. Ahora ven más profundamente. Ahora veo que mis brazos me permiten cargar a un bebé, abrazar a una amiga y cuidar de mí. También veo los brazos de la gente y tal vez ayudo a un señor mayor con sus bolsas del súper. Mis ojos se han curado.
Escoge una cosa que tus ojos con Dietitis ven y comparan y pregúntate: ¿cómo puedo ver esto más profundamente? Compárteme tus descubrimientos en la sección de comentarios, me encantará saber qué notaste.
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Categorías: Adultos, Dieta, Mindful eating, Mindfulness, Mujer, Nutrición
Escrito por Guadalupe Rozada
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